Jacobo es un nombre de pila masculino común. Es la transcripción usual en español del nombre propio Ya'akov (en hebreo: יַעֲקֹב). Sus variantes son Jacob, Yacob (forma sefardí), Iago, Llago, Yago, Yagüe y Jaime. Con el apócope de santo, «San», da origen a Santiago y sus formas cortas Tiago y, probablemente, Diego.
El nombre es de origen semítico occidental, atestiguado en inscripciones cuneiformes (acadias) del segundo milenio a. C. como Ya-ah-qu-ub-el o bien Ya-qu-ub-el. Con la forma Yaqub-Har, que puede ser leída también como Yaqub El o incluso Yaqubaal, es mencionado en textos jeroglíficos egipcios como el nombre de un monarca hicso (Meruserra Yakub Har)[1] y en una lista de Tutmosis III (siglo XV a. C.) en la cual puede tratarse de un topónimo de Canaán.[2]
La forma compuesta sugiere, según la hipótesis más aceptada, que el nombre significa « Proteja (el dios) 'El» (o «Baal»).[3]
En la Biblia, es el nombre del patriarca Jacob, considerado el ancestro directo de las doce tribus de Israel y se relaciona con la raíz hebrea ʿqb (עקב)[4] que significa «seguir», pero también «suplantar» o «eludir».[5][3][6]
El libro del Génesis (25:26) proporciona una etimología popular del nombre. En efecto, se hace derivar a Yaʿaqōv (יעקב) del sustantivo ʿaqev (עָקֵב) «talón», explicando que, al nacer, Jacob sujetaba el talón de su mellizo Esaú. Sujetar a alguien por el talón era, además, una expresión que podía interpretarse como «suplantar», «quitar a otro del medio», y ese sentido es explicitado en el mismo libro (27:36) en boca del propio Esaú: «Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya me ha suplantado (יַּעְקְבֵנִי) dos veces: se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición...»[7][8]
La traducción griega de la Biblia, conocida como Septuaginta, trascribe el nombre como Iakōbos (Ιακωβος) de donde procede el latín: Iacobus y el español Jacobo.[5]
En la Biblia cristiana (Nuevo Testamento) Jacobo, generalmente transcripto en su variante Santiago, es el nombre de varias personas relacionadas con Jesús de Nazaret, a saber: Jacobo (Santiago) el Mayor, hijo de Zebedeo y uno de los doce apóstoles, Jacobo (Santiago) el menor, hijo de Alfeo, otro de los Doce, y Santiago el Justo|Jacobo (Santiago), también conocido como «el Justo», identificado a menudo con alguno de los dos anteriores, y primer obispo de la iglesia de Jerusalén.
Es la forma más difundida de este nombre en español,[9][10] en honor a Santiago el Mayor, uno de los apóstoles de Jesús de Nazaret.[11] En latín eclesiástico se le denominaba Sanctus Iacobus, literalmente "San Jacobo", compuesto que devino en Sant Iaco y Sant Iague (o Yagüe) para culminar como Sant Iago.[5] Al ser el grito de batalla de los cristianos españoles durante la Reconquista, se popularizó como una sola palabra y no dos, pasando a ser un nombre por derecho propio.
Diego, al parecer, deriva de una incorrecta separación del nombre Santiago, San Tiago[12] (que dio la variante portuguesa Tiago, usada también como nombre) que devino, quizás por razones de eufonía, en Diago y luego Diego y su variante portuguesa Diogo.
Aunque el proceso de separación fue muy lento y no está completamente atestiguado, se estima que fue el siguiente:
Sant Yago o Sant Iago → San Tiago → Tiago o Tyago → Diago → Diego[13]
Una etimología erudita sostiene que Diego procedería del latín Didacus, derivado a su vez del griego Διδακμος (Didakmós, participio que significa "instruido"), el cual dio lugar a Dídaco. No obstante, parece ser que Didacus nunca existió en el latín hablado, más bien se trata de una latinización del propio Diego, a semejanza de otras similares, como Ludovicus, de Luis (nombre germánico) o Xaverius, de Javier.[13]
Su presencia documental, en efecto - fuera de los nombres latinizados, como Didacus Roderici para Diego Rodríguez - es prácticamente inexistente; es decir, que nadie se llamó nunca Dídaco ni nada parecido antes de existir el nombre Diego. En consecuencia, el origen de Diego en Tiago y antes Sant Iago parece evidente. Aunque se latinizase con frecuencia como Didacus por motivos de mero cultismo, no parece haber pruebas de que Diego derivase de Didacus.[14]
Galdós hace notar en su episodio "Narváez" esta confusión:
Una hipótesis alternativa deriva a Diego del adjetivo céltico *Diacu «lento» atestiguado en el bretón dieg.[15]
La variante Jaime proviene del latín Iacomus, una forma dialectal occitana de Iacobus que dio origen a James en francés antiguo y en inglés medio.
La variante femenina de Jacobo en español y otras idiomas romances es Jacoba, aunque también se usa el nombre Jacobina. Sin embargo, el más conocido y usado internacionalmente es el nombre Jaqueline, de origen francés,[16] siendo la variante femenina de Jacques.
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