Aller au contenu principal

Argumento de las revelaciones inconsistentes


Argumento de las revelaciones inconsistentes


El argumento de las revelaciones inconsistentes, también conocido como «el problema de escoger la religión verdadera», es un argumento contra la idea de que exista una «religión verdadera» y, por ende, de que exista un cuerpo unívoco o único de doctrinas reveladas por sobre otras.

En él se afirma que es incierto que cualquier deidad o cualquier Dios en absoluto exista porque muchas religiones en la historia, así como teólogos y creyentes han creado revelaciones que son mutuamente excluyentes. En la respuesta a la pregunta de la existencia de Dios se hace necesario tener en cuenta a los dioses en que potencialmente se fundan todas las religiones. También se argumenta que es difícil aceptar la existencia de un dios sin revelación personal. La mayor parte de los argumentos a favor de la existencia de dios no especifican una única religión y pueden ser aplicados a muchas religiones con una validez similar. La aceptación de una religión, por tanto, requiere el rechazo de las demás y cuando una persona se coloca frente a más de una, con la ausencia de una revelación personal, es muy difícil decidir entre ellas. Cuando una revelación personal se explica a un no creyente aparece el mismo problema de confusión en cada persona con la que el creyente comparte la revelación.

Los cristianos creen que Jesús es el salvador del mundo e hijo de Dios, los judíos no. Los musulmanes creen que el Corán tiene autoridad divina, mientras judíos y cristianos no. Hay muchos ejemplos de contrastes similares en puntos de vista sobre creencias fundamentales que de hecho provocan cismas. El cristianismo, por ejemplo, tiene varias ramas, no todas compatibles entre sí; un caso claro es de la creencia en el catolicismo de la virginidad de la madre de Jesús, algo que muchas iglesias protestantes rechazan. También es notable que las religiones abrahámicas predican por un destino de ultratumba fijo, mientras que el hinduismo, el budismo y otras religiones de Asia promulgan el ciclo de la reencarnación.

Es importante tener en cuenta que este no es un argumento contra la existencia de Dios, sino contra la idea de que este, aun pudiendo existir, se haya revelado en alguna religión particular por sobre otros sistemas de creencias, como se cree en varias religiones, tales como el cristianismo, el judaísmo o el islam. A la rama de la filosofía que trata el tema de la existencia o inexistencia y naturaleza de Dios, independientemente del tema de la revelación, se la llama teología natural.

Descripción lógica

En términos formales, se explica:

  • La existencia de algún dios es cierta
  • Hay un cierto número (n) de fes distintas, mutuamente excluyentes en las que una persona puede creer
  • No hay forma de saber a priori cual de ellas, si hay alguna, es la cierta respecto a las demás

Por tanto, la probabilidad de haber elegido practicar la religión correcta (sopesando la apuesta de Pascal y la apuesta atea), no puede ser mayor que 1/n. Así que, si solamente hubiera dos fes distintas, la probabilidad de elegir la correcta sería 1 de 2 (50 % o 1/2). Cuatro fes distintas resultarían en una probabilidad de 1 entre 4 (25 % o 1/4), y así sucesivamente.

En la práctica existen más de cien religiones, lo que daría a una persona una posibilidad menor de un 1% de haber elegido la religión correcta. Esto es especialmente cierto en el caso de que la elección de entre varias religiones se realice aleatoriamente y no con base en el número de creyentes que tiene cada una.

En autores

El argumento aparece en las obras de Voltaire: Cándido y Diccionario filosófico. También en el razonamiento de Denis Diderot : Cualquiera que sea la prueba de la existencia del dios cristiano (o de otra religión que se ofrezca), un imán, puede razonar exactamente de la misma forma[1]

Respuestas teístas

En las religiones abrahámicas

Para cristianos, musulmanes y judíos, el hecho de que haya muchas religiones no implicaría que no puede haber una verdadera religión, apelando los Escolásticos al Principio lógico de no contradicción y el Principio del tercero excluido, siendo así que Dios no puede ser y no-ser a la vez. Ante ello, la forma correcta de concebir a Dios, no es desde la especulación de la razón humana y sus deducciones sobre dicho ser (intuido por naturaleza), si no que debe concebir a Dios según la mismo voluntad de Dios sobre como Él es (siendo inevitablemente necesaria su Revelación divina). Con respecto al tema de haber revelaciones, ajenas a la tradición abrahámica, que reclaman haber contactado con la realidad divina, la filosofía cristiana, como ve en la obras de Santo Tomas de Aquino y San Agustín de Hipona, enseñan que es posible conocer la existencia de Dios por medio de la razón natural, donde todas las sociedades humanas pueden tener nociones generales sobre un Dios supremo (Semina Verbi) a través de la ciencia del ens (ente), o Metafísica, buscando los principios esenciales y causas primeras de la realidad, hasta llegar a intuir la realidad divina por inducción Lógica (Preámbulos de fe) con el método de Analogía entis.[2]​ Sin embargo, se haría justificable la evangelización de los pueblos a la fe cristiana, en tanto que es necesario que toda la humanidad acceda a la revelación y así pueda conocer a plenitud el ser de Dios (sin los errores supersticiosos de la especulación humana al intentar explicar la Existencia de Dios y su naturaleza) por medio de la sabiduría de la Santísima Trinidad despejando misterios inaccesibles a la sola razón, puesto que corresponden a la vida intima de Dios, porque si no, se estaría en un limbo místico entre caminos ocultos de salvación y muchos caminos de perdición espiritual.

El apóstol San Pablo utilizó este razonamiento para argumentar que los paganos, aún si en sus falsas religiones había prácticas espirituales genuinas, no tenían excusa para no convertirse, puesto que "Desde la creación del mundo, la invisible naturaleza de Dios ―es decir, su poder eterno y divinidad― se han percibido claramente en las cosas que han sido hechas."[3]​ Aquello fue ejemplificado con lo relatado en Hechos de los Apóstoles sobre el Agnostos Theos (el Dios Desconocido en el panteón greco-romano), donde el Apóstol Pablo, tras ser invitado por la elite ateniense para predicar en el Areópago y explicarle sus enseñanzas a unos filósofos epicúreos y estoicos, declaró que los griegos estaban adorando, sin que ellos lo supieran, al Dios que iba a revelarles, donde es probable que los paganos se convirtieron por ver al Dios abrahámico como el Dios desconocido por excelencia (al no poder ser nombrado YHWH):[4]

En el catolicismo

Estos razonamientos escolásticos y patrísticos también fueron invocados por los conquistadores españoles a la hora de evangelizar América y convencer a los indígenas de que había una remota posibilidad de que sus ancestros se hayan salvado del infierno por medio de una búsqueda inconsciente del Dios cristiano a través de la Filosofía y la Mística natural, donde nociones como Wiracocha (dios supremo y creador en la Religión incaica, del que se originó todo lo demás, incluido los otros dioses), libres de la superstición politeísta de las huacas, podían mostrar caminos ocultos hacia el verdadero Dios que tanto buscaban conocer, pero no podían por la ignorancia invencible (sin embargo, serían aciertos accidentales de verdad, no por causa de que la falsa religión sea buena, sino a pesar de que dicha religión sea mala y falsa). Siendo así posible que reyes filósofos como Inca Pachacuti hubiesen obtenido pasos al conocimiento de Dios (semejante a su concepción cristiana) desde la “filosofía natural, y quisa estar en el cielo por ello sobre la base de las buenas obras, asintiendo a una fe inconsciente en el verdadero Dios.[5]

Al respecto de como era posible que la revelación general del Dios verdadero sea posible de intuir antes de la evangelización cristiana, esto fue enseñado a profundidad con los Padres de la Iglesia, como San Justino, Clemente de Alejandría o Eusebio de Cesarea, con base en la naturaleza del Logos en su aspecto impersonal, por el cual se da un impulso natural en cada persona para conocer la Verdad, realidad que lo haría encontrarse con la Trascendencia al contemplar el cosmos, realizándose teleológicamente dicha búsqueda en la revelación cristiana:[6]

El Papa Juan Pablo II, en su primera encíclica (Redemptor Hominis), enseño con base en dicho argumento Patrístico sobre las semillas del Verbo Divino:

Y también profundizo con más claridad dicho argumento sobre la Verdad Perenne, encarnada en el Logos cristiano, en la encíclica Fides et Ratio:

En palabras del sacerdote católico, Eduardo Arens, existe la posibilidad de que Dios haya expresado verdades a medias en los filósofos y místicos de otras tradiciones religiosas que lo buscaran de sincero corazón, habiendo cosas ciertas en los textos sagrados de otras religiones (reforzado también por el hecho que la iglesia católica acepta la existencia de las revelaciones privadas). Sin embargo, lo que hace especial a la revelación cristiana, compuesta por la Biblia y la Sagrada tradición, es que son un conjunto de testimonios sobre las revelaciones de un Dios personal (YHWH) que fueron vividos dentro de una comunidad, en el Pueblo de Dios, siendo así la más histórica, explícita y directa revelación de Dios al hombre que se puede encontrar en este mundo; mientras que otras tradiciones se suelen basar en mitos y leyendas que se desarrollan en un pasado mítico inmemorial (no necesariamente histórico), donde las revelaciones suelen ser de carácter individual, conteniendo mayormente sabiduría e intuiciones humanas muy profundas sobre caminos que expliquen como lograr religarse con Dios (entendido usualmente de manera impersonal, mayormente como un principio que como un ser supremo) y/o lograr una armonía en el cosmos, donde son contadas la mención de manifestaciones de revelación divina en acontecimientos históricos vividos públicamente.[7]

Por ello, la Iglesia católica, durante el Concilio Vaticano II, llegó a enseñar en el documento Nostra Aetate (sobre las relaciones con las religiones no cristianas) que:

En cuanto al dogma de Extra Ecclesiam nulla salus (fuera de la iglesia no hay salvación), en el Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 846-848, se habla a detalle sobre como hay una remota posibilidad de que se puedan salvar los hombres que, sin culpa de estar fuera de la iglesia (debido a Ignorancia invencible de la fe católica), pueden ser salvos por un Bautismo de deseo, en la medida que hayan buscado de sincero corazón y entrega espiritual al verdadero Dios (teniendo una fe inconsciente hacia Cristo como Logos) y por tanto, ya pertenecerían espiritualmente a la Iglesia.

En las religiones orientales

Sri Ramakrishna, un místico bengalí, del cual varios hindúes Tantra-Yoga consideran que fue un avatar o encarnación divina, se puso a practicar ejercicios espirituales de variadas tradiciones religiosas (incluidas el cristianismo y el islam sufista), llegando a creer que en cada una de estas había logrado acceder a la iluminación (samādhi) y experimentar a la «Realidad Última» con una entrega genuina a Dios. Llegó a creer que Dios se ilumina a sí mismo en diferentes lugares, en diferentes momentos, en diferentes formas para mostrar el camino para alcanzar a Dios/Yo (asumiendo una postura no-dualista Advaita), por el que si las personas malinterpretan esas enseñanzas y van por el camino equivocado, es culpa de ellos, no de Dios, cuya existencia ya se intuye por naturaleza. La frase védica "La verdad es una; sólo se le llama con diferentes nombres" se volvió una frase icónica para expresar su inclusivismo.[8]​ Finalmente declaró "যত মত, তত পথ", que significa "más opiniones, más caminos". Concluyó que todos los caminos, cada experiencia subjetiva es cierta, ya que todos podrían llegar al mismo lugar.[9]

Véase también

  • Cisma
  • Mito de Jesús
  • Pueblo elegido
  • Existencia de Dios
  • Tesis de conflicto
  • Tesis de continuidad
  • en:Internal consistency of the Bible

Referencias

Giuseppe Zanotti Luxury Sneakers

Text submitted to CC-BY-SA license. Source: Argumento de las revelaciones inconsistentes by Wikipedia (Historical)