Emma Calderón y de Gálvez (San Fernando, ?) fue una periodista, maestra y escritora española.[1]
Hija de un marinero, Calderón vivió en Ferrol cuando era niña debido a la profesión de su padre, y luego regresó a vivir a Cádiz, donde ya vivía en 1913. Era maestra y publicó poemas y artículos en la prensa, incluido un texto que defendía la entrada de Emilia Pardo Bazán en la Real Academia Española.[2]
Después de la muerte de Nicomedes Ferrari, con quien tuvo una gran amistad, pasó a dirigir el periódico El Anunciador en Gibraltar, del que Ferrari había sido dueño.[3] También publicó en Ilustración Gallega,[4] el Diario de Cádiz, Diana, Arco Iris, El Último, Cádiz Gráfica, La Alhambra, La Isla, El Heraldo, El Éxito, Alma Latina y Bromas y Veras.[5]
Calderón fue miembro de la Academia Latinoamericana de Cádiz, y en 1911 fue elegida miembro honorario de la Asociación de la Prensa de Cádiz. Intercambió correspondencia, entre otros, con el médico y escritor gallego Xesús Rodríguez López.[6]
Según Carmen Ramírez Gómez (2000), Calderón utilizó el seudónimo de Narciso del Prado, un nombre que la mayoría de las fuentes atribuyen a otra escritora contemporánea: Paulina Ibarra Blasco.[5]
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