Las elecciones generales de Perú de 2021 se llevaron a cabo el 11 de abril de 2021 para elegir al presidente de la República, a los vicepresidentes de la República y a los representantes ante el Congreso y el Parlamento Andino. La segunda vuelta de las elecciones presidenciales se llevó a cabo el 6 de junio. Fueron convocadas por el presidente Martín Vizcarra mediante el Decreto Supremo N.º 122-2020-PCM (8 de julio de 2020).[3] Las elecciones se realizaron en medio de la inestabilidad política que azotaba el país desde finales de 2016, añadida a la crisis económica y sanitaria causada por la pandemia de COVID-19, durante el mandato del presidente Francisco Sagasti.
Las primeras proyecciones de intención de voto mostraron un gran desinterés en la campaña electoral, así como escasos niveles de simpatía entre los candidatos presidenciales, que se mantuvieron prácticamente hasta el día de la elección.[4] Los votos en blanco y viciados eran mayores que el del candidato «preferido», que no superaba el 10% de apoyos. En la última encuesta pública de una semana antes de los comicios existía un empate quíntuple entre Keiko Fujimori, Hernando de Soto, Yonhy Lescano, Rafael López Aliaga y Verónika Mendoza.[5] No obstante, en los días previos a la elección, los sondeos privados mostraron un dramático ascenso de Pedro Castillo, un sindicalista y líder de la huelga magisterial de 2017, que pasó del sexto lugar al primer lugar en apenas una semana.[6][7][8][9]
Castillo (candidato del izquierdista Perú Libre) obtuvo un apoyo masivo en las áreas rurales, históricamente las más pobres y relegadas del país, que le permitió ganar la primera vuelta con una ventaja considerable.[10] Pese a esto, tal y como lo anticipaban las encuestadoras, su porcentaje de votación general no superó al del voto en blanco y viciado. Fujimori (lideresa del derechista Fuerza Popular) consiguió ser la siguiente candidata más votada y, por tercera vez consecutiva, logró pasar al balotaje o segunda vuelta donde se enfrentó a Castillo. Con todo, el nivel de ausentismo en la primera vuelta fue de casi 30%, el más grande desde la transición democrática en el año 2000.[11] López Aliaga (líder del ultraconservador Renovación Popular) consiguió el tercer lugar en la elección, el mejor resultado electoral de la extrema derecha en la historia del país.[12]
En el balotaje, los niveles de polarización política aumentaron de manera alarmante, gracias al considerable apoyo del establishment limeño a Fujimori, incluyendo a grupos conservadores y de extrema derecha;[13] en oposición al entusiasmo político de los partidarios de Castillo, mayoritariamente vinculados a la izquierda y del interior del país, además de grupos de extrema izquierda.[14] El temor a la izquierda llevó a los simpatizantes de Fujimori a caracterizar a los seguidores de Castillo como terrucos, un término utilizado en referencia a los miembros de la organización terrorista Sendero Luminoso, a pesar de que el mayor apoyo al izquierdista provenía precisamente de las regiones más azotadas por la violencia política entre 1980-2000.[15] A su vez, los adeptos de Castillo apelaron al antifujimorismo, la oposición al gobierno del autócrata Alberto Fujimori, padre de la candidata fujimorista; no obstante, importantes figuras antifujimoristas como Mario Vargas Llosa brindaron su apoyo incondicional a la derechista.[16]
Las primeras proyecciones del resultado final mostraron un empate técnico entre ambos candidatos, con una ventaja mínima primero de Fujimori[17] y luego de Castillo.[18] En los resultados oficiales, la diferencia se mantuvo muy cerrada durante casi todo el proceso de conteo de votos; las actas de las áreas rurales, donde Castillo nuevamente consiguió una victoria arrolladora, le llevaron a ganar la elección por un margen de poco más de 44 mil votos.[19] Durante este proceso, Fujimori y varios de sus grupos aliados realizaron un esfuerzo agresivo y sin precedentes para tratar de revertir el resultado,[20] promovieron numerosas afirmaciones sin fundamento de que la elección les fue robada a través de una conspiración comunista internacional,[21] una manipulación de las actas electorales[22] y un «fraude electoral».[23] Los intentos de revocar las elecciones fueron calificados como «trumpismo andino»,[24] en analogía a las acciones del expresidente estadounidense Donald Trump tras su derrota en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2020.[24][25][26][27]
La justicia electoral peruana rechazó todas las impugnaciones presentadas por Fuerza Popular en sus intentos por anular miles de actas, principalmente de las zonas rurales.[28] Ante esto, Fujimori reconoció su derrota el 19 de julio.[29] Ese mismo día, el Jurado Nacional de Elecciones proclamó oficialmente a Pedro Castillo como presidente electo,[30] quien asumió el cargo el 28 de julio de 2021, día del bicentenario de la independencia del Perú.[31] Castillo se convirtió en el presidente elegido con el segundo margen porcentual más estrecho de la historia, solo superado por Kuczynski en 2016.[32]
El presidente Martín Vizcarra adelantó la fecha de las elecciones previstas para el año 2021, durante su mensaje presidencial del 28 de julio de 2019, que recurriría a una reforma constitucional para acortar el período legislativo y el presidencial al año 2020.[33] El proyecto finalmente fue rechazado.[34]
El presidente y vicepresidentes de la República son elegidos por sufragio directo y en distrito electoral único. En el caso de que ningún candidato presidencial alcance más del 50% de los votos válidamente emitidos, se realizará una segunda ronda electoral.
Para el Congreso se elegirán a 130 congresistas de la República en 27 distritos electorales, correspondientes a los 24 departamentos, la Provincia de Lima, la Provincia Constitucional del Callao y los peruanos residentes en el extranjero. Se empleará el procedimiento de la cifra repartidora con doble voto preferencial opcional.[35] Para ingresar al Congreso, los partidos deben cruzar el umbral electoral del 5% a nivel nacional o ganar al menos siete escaños en una circunscripción. Los escaños se asignan mediante el método D'Hondt.[36][37]
Debido a la elección de distrito múltiple que en suma distribuyen 130 escaños para todo el país, los escaños por región se dividen como sigue:
Las elecciones internas se realizaron entre el 29 de noviembre y 6 de diciembre de 2020. El 9 de diciembre fue la fecha máxima para la publicación de los resultados. De los 24 partidos políticos que participaron en las elecciones, 23 presentaron candidatos a la Presidencia de la República y al Congreso. El partido FREPAP solo presentó candidatos al Congreso. Vamos Perú iba a llevar a Virgilio Acuña como candidato en las elecciones internas, pero su candidatura fue rechazada por el JNE.[40][41]
Lista ganadora Lista no elegida Lista única
El 10 de febrero de 2021 se dio a conocer la lista definitiva de candidatos;[67] tanto las exclusiones, como las tachas y sus respectivas apelaciones fueron resueltas hasta el 12 de marzo.[68] Los candidatos a la presidencia son 18, estos son los siguientes (se presentan en orden alfabético según el partido):[69]
Lista de candidaturas que han sido retiradas, excluidas o fueron declaradas improcedentes y que no poseen el carácter de subsanables; por lo tanto han quedado fuera de las elecciones:[125]
Corrupción
La corrupción en el Perú ha sido generalizada y recientemente se llamó la atención durante el escándalo de Odebrecht, que involucró a Odebrecht pagando a políticos para recibir contratos para proyectos de obras públicas.[132] BBC News escribió en 2019 que "Perú es quizás donde [Odebrecht] ha provocado la crisis más severa" y que "[e]l escándalo ha desacreditado prácticamente a toda la élite política del país, como lo han hecho todos los grandes partidos y actores ha sido implicado ".[44] El escándalo de Odebrecht provocó varios incidentes en la política peruana; el suicidio del expresidente Alan García,[45] la orden de detención del expresidente Alejandro Toledo,[133] así como el primer proceso de vacancia contra Pedro Pablo Kuczynski y luego su renuncia a la presidencia.[134] Dos candidatos en las elecciones de 2021, Keiko Fujimori y Julio Guzmán, también fueron investigados por presuntos sobornos de Odebrecht durante sus campañas electorales anteriores.[135][136]
El sucesor de Kuczynski, Martín Vizcarra, reaccionó al escándalo de Odebrecht con múltiples iniciativas anticorrupción,[137] aunque Vizcarra fue destituido por amplia mayoría de su cargo por su presunta participación en la corrupción y fue reemplazado por el presidente del Congreso Manuel Merino.[138] La destitución de Vizcarra fue considerada muy desfavorable por un amplio sector de la sociedad civil y resultó con las Protestas en Perú de 2020.[139] Merino sería presidente por sólo cinco días y luego sería reemplazado por Francisco Sagasti tras una votación del Congreso.[140]
George Forsyth, el favorito inicial de la campaña, se benefició de su fama de celebridad y de no estar involucrado con los partidos políticos tradicionales que están siendo investigados por corrupción.[135] Forsyth promovió la lucha contra la corrupción mientras hacía campaña y sugirió enmendar la constitución para declarar la corrupción como un crimen de lesa humanidad; sin embargo, muchas de sus políticas propuestas eran vagas y no detalladas.[135] Verónica Mendoza también ha adoptado políticas contra la corrupción, principalmente llamando a una constitución completamente nueva en lugar de enmiendas, declarando "Nuestro marco institucional nacional actual, consagrado en la Constitución, establece que la educación, la atención médica y la vivienda son empresas con fines de lucro, y que la vida en sí mismo es una mercancía que se compra y se vende. Lo que esto significa es que el poder político está concentrado en manos de los que tienen dinero, y no del pueblo peruano ".[141] Fujimori ha manifestado que mantendrá la constitución de 1993 de su padre Alberto Fujimori y usará "mano dura" si es elegida presidente, afirmando que "la democracia no puede ser débil. Debe estar sustentada por un principio sólido de autoridad".[136]
Pandemia de COVID-19
En su momento, Perú fue el país más afectado en América por la pandemia de COVID-19.[142] Una gran segunda ola de infecciones en enero de 2021 hizo que la situación empeorase drásticamente. La ocupación de camas UCI en Perú aumentó al 90%, y los trabajadores médicos comenzaron a participar en huelgas debido a sus duras condiciones laborales.[143]
Forsyth criticó los bloqueos de COVID-19 del gobierno peruano, diciendo que causaron problemas económicos y que el Centro Nacional de Operaciones de Emergencia (COEN) debería activarse para una asociación civil-militar para combatir más infecciones.[144] Mendoza también criticó cómo se iniciaron los encierros, diciendo que el gobierno debería brindar apoyo a las familias afectadas por los encierros, promovió una asociación con Argentina para adquirir la vacuna Oxford-AstraZeneca COVID-19 y denunció la potencial comercialización de la vacuna de COVID-19 en Perú.[145][146]
Economía
Como resultado de la pandemia de COVID-19, el producto interno bruto de Perú cayó un 30,2 por ciento en el segundo trimestre de 2020, la mayor caída de todas las principales economías, con muchas pequeñas empresas de servicios que representan la mayoría de las empresas de la economía peruana quebraron durante el crisis.[147] Los médicos expertos comentaron que la gravedad del brote de COVID-19 en Perú puede explicarse, al menos en parte, debido a las circunstancias socioeconómicas existentes; casi un tercio de los peruanos vivía en hogares superpoblados, el 72% tenía trabajos informales que requerían trabajo diario y muchos necesitaban viajar diariamente a los mercados para comprar alimentos, ya que solo el 49% de los hogares tienen refrigeradores o congeladores; incluso en las zonas urbanas es solo del 61%.[148]
La politóloga Dra. Paula Muñoz de la Universidad del Pacífico describió a Forsyth como «un tipo pro-empresarial», mientras que Americas Quarterly escribió que «sus puntos de vista sobre los grandes temas económicos son menos claros».[149] Forsyth y Fujimori compartieron su apoyo a la privatización de los servicios públicos y la desregulación de la economía, y los dos dijeron que la intervención del gobierno obstaculiza el crecimiento.[150][151] Fujimori también manifestó que quería hacer «del Estado el principal socio de los empresarios». Mendoza, en cambio, criticó las políticas neoliberales instituidas en Perú desde la década de los noventa que exigían «la desmercantilización de bienes como salud, educación y vivienda», promovían el financiamiento gubernamental de proyectos agrícolas y energéticos sostenibles, al mismo tiempo que se protegía el medio ambiente.[141]
Inmigración
Como resultado de la Crisis migratoria venezolana, Perú albergaba a más de un millón de venezolanos en febrero de 2021.[152][153] En ese momento, las Fuerzas Armadas peruanas estaban desplegadas en una operación conjunta con sus homólogos ecuatorianos en la frontera entre Ecuador y Perú para prevenir la entrada de migrantes ilegales, y las fuerzas armadas afirmaron que era para evitar una mayor introducción de COVID-19 en Perú.[43] Las organizaciones de derechos humanos criticaron la militarización de la frontera, diciendo que no están debidamente capacitadas para el control fronterizo y que viola los derechos humanos de los migrantes.[43] La xenofobia hacia los venezolanos en Perú también ha aumentado, ya que algunos políticos han culpado del aumento de la delincuencia a los migrantes, aunque la Institución Brookings y el Instituto de Política Migratoria determinaron que los venezolanos participan en menos delitos en Perú que los peruanos nativos.[43]
Sobre el tema de la inmigración, las respuestas de Forsyth variaron; afirmó que «el Perú es un país generoso que abre sus puertas a los extranjeros»,[153] mientras que también apoyó el despliegue de más autoridades para controlar y resguardar la frontera, afirmando que los migrantes «han humillado a nuestra Policía Nacional y que se necesita el principio de autoridad en el país ya que se requiere de una policía empoderada y capacitada para defender a todos los peruanos».[154] En cuanto a su posición sobre inmigración, Mendoza afirmó que «la migración debe ser considerada con criterios humanitarios. Los peruanos también han migrado» y que si bien se deben instituir algunos controles para evitar el ingreso de delincuentes, en general promovió a los migrantes como «personas que pueden contribuir el país».[155] Fujimori apoyó el aumento de la seguridad fronteriza, promoviendo la utilización de la policía y las Fuerzas Armadas del Perú para proteger la frontera.
Primer lugar. Segundo lugar. Tercer lugar. Sondeo realizado en el periodo de prohibición legal de la difusión de sondeos de intención de voto.
Sumario gráfico
Último simulacro de intención de voto para el balotaje
El Encuentro Científico Internacional de Verano (ECIv 2021), por iniciativa del científico Modesto Montoya, llevó a cabo el primer debate entre candidatos presidenciales, en torno al tema del desarrollo de la ciencia y tecnología en el país, el 4 de enero.[162][163][164][165] Más adelante, Montoya organizó el 1 de febrero otro encuentro centrado en propuestas sobre educación,[166] y el 15 de febrero sobre salud y manejo de la pandemia.[167]
El 12 de marzo se realizó un debate presidencial en modalidad virtual sobre la emergencia ecológica y climática, organizado por la denominada Coalición de Medios Independientes.[168][169]
El debate presidencial oficial del Jurado Nacional de Elecciones se realizó los días 29, 30 y 31 de marzo desde el Centro de Convenciones de Lima, dividiendo la participación de los candidatos en 3 grupos mediante sorteo.[170][171] Los moderadores fueron Mónica Delta y Pedro Tenorio. Los ejes temáticos a tratar fueron: medidas frente a la pandemia, educación, seguridad ciudadana, integridad pública y lucha contra la corrupción, y argumentos finales. El tema de educación e integridad y lucha contra la corrupción corresponde a una pregunta ciudadana a lo que los candidatos debían contestar en parejas. Los otros bloques, menos el final, serían de debate entre los participantes.[172] Los tres debates fueron trasmitidos por la señal nacional de TV Perú, a través de JNETV, y RPP Noticias, a las 18:00.[173]
En la segunda fecha, el candidato José Vega decidió abandonar el debate tras su discurso de presentación.[174] Al día siguiente, Ciro Gálvez participó de forma virtual al haber sido diagnosticado positivo en COVID-19;[175] llamó la atención de la audiencia al dirigirse en quechua durante varias partes de su intervención.[176]
El primer debate presidencial se llevó a cabo el 1 de mayo de 2021 en la ciudad de Chota (Cajamarca), donde estuvieron presentes los candidatos Pedro Castillo y Keiko Fujimori. El segundo debate se iba a realizar en el penal de Santa Mónica (Chorrillos) el 15 de mayo, sin embargo, fue suspendido debido a la inasistencia de Pedro Castillo, quien acudió a otra localidad de la ciudad de Lima, a cumplir una «actividad proselitista». El 23 de mayo, se realizó el primer debate del Jurado Nacional de Elecciones, en el Gran Teatro Nacional de San Borja, donde estuvieron presentes los miembros de los equipos técnicos de Perú Libre y Fuerza Popular. Seguidamente, el 30 de mayo, se realizó el segundo y último debate presidencial del Jurado Nacional de Elecciones, en la ciudad de Arequipa, donde estuvieron presentes los candidatos Pedro Castillo y Keiko Fujimori. Dicho debate contó con seis bloques, en los que se abordaron los siguientes temas:[181]
La jornada electoral en Perú se inició a las 7:00 del domingo 11 de abril de 2021. Sin embargo, las primeras mesas electorales en abrir fueron las habilitadas en Wellington (Australia), Auckland (Nueva Zelanda), y Seúl (Corea del Sur) para los votantes peruanos inscritos en esas circunscripciones. Estas abrieron a las 15:00 UTC-5 del día anterior debido al cambio horario.[200]
Debido a la pandemia de COVID-19 el horario de votación se amplió respecto a anteriores procesos electorales, finalizando a las 19:00. Además la ONPE recomendó a la población que acudiese a ejercer su derecho de voto de forma escalonada y cumpliendo con los protocolos de bioseguridad aprobados por las autoridades sanitarias del país.[201] Además se estableció la exoneración del deber de sufragio a personas incluidas en grupos de riesgo de contagio, como los mayores de 65 años, enfermos crónicos, personas con minusvalía, o posibles positivos de COVID-19.[202] Aun así las autoridades electorales recomendaron que estas personas, menos los posibles infectados, acudiesen a los locales de votación a primera hora de la jornada, entre las 7 y 9 de la mañana.[203] Se reportaron demoras en la instalación de las mesas de sufragio debido a la inasistencia de los miembros de mesa designados, así como los suplentes,[204] lo que ocasionó malestar entre los votantes que acudieron a primeras horas de la mañana y generó largas colas en los locales de votación.[205] Asimismo, se registraron aglomeraciones en locales de votación en el extranjero, como en España.[206][207]
Otra de las medidas tomadas por la ONPE fue la localización de las mesas electorales, prefiriendo su ubicación en parques y espacios abiertos.[208]
Algunos candidatos iniciaron la jornada con el ya tradicional desayuno electoral.[209] Por su parte los candidatos Daniel Urresti y Ollanta Humala criticaron esta costumbre porque estimaron que no se cumplían los protocolos sanitarios vigentes por la pandemia.[210][211]
La ONPE informó que los primeros resultados se revelarían a las 11:30 p. m. (hora local).[212] Los primeros resultados fueron revelados al 11.442% de actas procesadas.[213] En la tarde del 16 de abril ya se tenía el 100% de actas procesadas.[214]
En Azul los candidatos que pasaron a segunda vuelta.
Los resultados fueron revelados al 100 % de actas procesadas.[215] El 15 de junio, terminó la contabilización de las mismas, cuyo resultado fue el siguiente:
Los resultados de las elecciones parlamentarias se empezaron a conocer a las 11:00 p. m. (hora local).[216][d]
Tras conocerse los resultados de boca de urna que dieron la victoria de Keiko Fujimori sobre Pedro Castillo, simpatizantes de Perú Libre se movilizaron hacia las oficinas de la ONPE para protestar sobre un posible fraude en contra de su candidato,[217] llevando algunos carteles de "no al fraude".[218] Pedro Castillo, desde Tacabamba (Cajamarca),[219] convocó por Twitter que sus personeros y simpatizantes debían defender los votos y asistir a las calles para "defender la democracia".[220] En ciudades como Juliaca, Puno e Ilave, simpatizantes de Perú Libre iniciaron movilizaciones de protestas en contra de un supuesto fraude realizado por la candidata Keiko Fujimori.[221]
Luego, el partido Fuerza Popular de la candidata Keiko Fujimori denunció la existencia de un supuesto «fraude sistemático» destinado a favorecer la elección de su contendor Pedro Castillo, el cual consistiría en masivas impugnaciones de votos en las mesas que Fujimori registraría un mayor número de votos que su contrincante, charlas previas de capacitación de Perú Libre en las que piden a sus representantes llegar temprano a las mesas de votación para asegurarse el control de las mismas en aquellos casos en que los miembros titulares no asistieran y hasta irregularidades en el escrutinio (conteo) mismo de los votos.[222]
Para sustentar sus denuncias de fraude, el candidato a la primera vicepresidencia de Fuerza Popular, Luis Galarreta, afirmó que el partido de su oponente Pedro Castillo había realizado un alto número de «impugnaciones» a «actas» electorales en las que Keiko Fujimori saldría favorecida, esto con la finalidad de que dichas actas no puedan sumarse al conteo oficial hasta que no sean primero evaluadas por el Jurado Nacional de Elecciones.[223] Según se denunció, más de 1.300 actas de sufragio fueron impugnadas por Perú Libre. No obstante, estos primeros «indicios de fraude sistemático» fueron rebatidos por los entes electorales nacionales;[224] tras la resolución de los votos impugnados y las actas observadas por los Jurados Electorales Especiales, la Oficina Nacional de Procesos Electorales publicó los resultados totales el 15 de junio, en los cuales Pedro Castillo superaba en número de votos a Keiko Fujimori.[225]
El 9 de junio, Fuerza Popular anunció la formulación de recursos de nulidad contra 887 actas de sufragio pertenecientes a áreas donde había triunfado Pedro Castillo,[226] alegando presuntas irregularidades como que las firmas de los miembros de mesa no coincidían exactamente con las del padrón del registro civil y la existencia de lazos de consanguinidad entre algunos integrantes de las mesas de sufragio.[227] Estas denuncias fueron calificadas por sectores afines a Perú Libre como una maniobra para «negar el derecho a la participación política de miles de ciudadanos».[228] Para el 19 de junio, la totalidad de los recursos fueron declarados improcedentes e infundados en primera instancia por la justicia electoral peruana, «descartando cualquier aproximación a lo que pueda considerarse un fraude».[229]
El 23 de junio, los primeros diez recursos de apelación de los pedidos de nulidad de actas electorales fueron rechazados por el Jurado Nacional de Elecciones, por mayoría (y solo con el voto en contra del magistrado Luis Arce Córdova).[230][231] En consecuencia, Arce anunció su decisión de «declinar» a su cargo, acusando al tribunal de «clara parcialización» sobre el proceso electoral en curso, alegando que su decisión buscaba evitar que sus votos en minoría «sean utilizados para convalidar falsas deliberaciones constitucionales».[230] Al día siguiente, el Jurado Nacional de Elecciones suspendió a Arce como miembro titular del organismo,[232] solicitando al Ministerio Público convocar al miembro suplente y rechazando «las expresiones agraviantes» formuladas en su carta de declinación.[233] Víctor Rodríguez Monteza, accesitario de Arce, fue nombrado como su reemplazo.[234]
Las declaraciones de Fujimori sobre la posibilidad de revocar las elecciones se describieron como inspiradas por los intentos de revocar las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2020 por parte del expresidente estadounidense Donald Trump.[235][236][237] Se difundieron rumores de un posible golpe de Estado contra Castillo, si es que fuera declarado ganador oficial de las elecciones presidenciales.[235] En una carta firmada por casi un centenar de oficiales retirados de las Fuerzas Armadas peruanas se pedía a los actuales líderes militares peruanos se negaran a reconocer la elección de Castillo a la presidencia.[235] El presidente Francisco Sagasti condenó la carta, señalando que intentan «incitar a los altos mandos del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea para que quebranten el Estado de Derecho».[235][238]
El 18 de junio, el expresidente de la Corte Suprema Javier Villa Stein presentó una demanda de amparo al calificar de «cuestionada» la votación en el balotaje, alegando un supuesto «proceso electoral viciado por diversos actos que menoscaban la voluntad popular» y demandando al Poder Judicial «declarar nula la elección».[239] Ante dicho pedido, el abogado Renán Galindo Peralta solicitó rechazarlo de plano al considerarlo improcedente por situarse «al margen de la Ley Orgánica de Elecciones» y por carecer el Poder Judicial de competencias para anular elecciones.[240]
Lourdes Flores Nano, lideresa del Partido Popular Cristiano (partido que apoyó a Fujimori en el balotaje), sostuvo haber realizado su propio análisis sobre ciertas actas electorales, concluyendo que existió un mecanismo para inclinar «la votación de manera indebida» a favor de Pedro Castillo.[241] Rafael López Aliaga, excandidato presidencial por Renovación Popular quien endosó su apoyo a Fujimori en el balotaje, opinó que la segunda vuelta o balotaje debería volver a realizarse[242] porque «hay un fraude que ya no se puede tapar».[243] Alfredo Barnechea, excandidato presidencial por Acción Popular, afirmó que las irregularidades detectadas «son masivas» y que por ello el balotaje debería repetirse con observación internacional o de lo contrario quien salga electo «no tendrá ninguna legitimidad».[244] El escritor peruano radicado en España Mario Vargas Llosa se mostró a favor de que las autoridades electorales revisen con detenimiento las actas impugnadas precisando que lo importante es tener como presidente «a quien la mayoría de los electores peruanos ha elegido y no a un presidente fraudulento».[245]
El expremier Salvador del Solar señaló que «no hay base legal para denunciar fraude ni para pedir nuevas elecciones».[246] El periodista César Hildebrandt señaló que al desconocer el resultado de las elecciones, «lo que está haciendo Keiko Fujimori equivale a un golpe de Estado blando», calificando a las denuncias de supuesto fraude de Fujimori como «trumpismo andino», una analogía a las reacciones del expresidente estadounidense Donald Trump tras su derrota en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2020.[247] El secretario general de la Asociación Civil Transparencia, Iván Lanegra, declaró que «no hay ningún indicio de fraude» en los comicios peruanos.[248] Verónika Mendoza, excandidata presidencial quien endosó su apoyo a Castillo en el balotaje, calificó los pedidos de nulidad de Fuerza Popular como intentos para desconocer los resultados electorales y «golpear la democracia».[249] Tras la declinación del magistrado Arce, el excandidato presidencial George Forsyth la atribuyó como parte de la preparación de un «golpe de Estado» y que el propio Arce estaba «atentando contra la democracia».[250]
El Poder Judicial (aludido en la carta de declinación de Arce) emitió un comunicando calificando a sus acusaciones como «expresiones contrarias a la realidad» y «consideraciones jurídicas inaceptables y acusaciones sin fundamento».[251] La misión de observación de la Organización de Estados Americanos calificó de «insólita renuncia» la declinación de Arce y valoró el accionar del máximo tribunal electoral peruano como «con apego a la ley y a los reglamentos vigentes [y] las garantías del debido proceso».[252]
Observadores internacionales precisaron que el proceso electoral «fue organizado de manera correcta y exitosa de acuerdo con los estándares nacionales e internacionales».[253] Un pronunciamiento del Departamento de Estado estadounidense calificó al sistema electoral peruano como «un modelo de democracia en la región» y a las propias elecciones como «libres, justas, accesibles y pacíficas»,[254] estimando necesario que se dé tiempo a las autoridades electorales para publicar los resultados de acuerdo con la ley peruana.[255] El expresidente de Colombia e integrante del foro internacional IDEA (Iniciativa Democrática de España y las Américas) Andrés Pastrana opinó que «hay serios indicios que Venezuela tiene sus manos metidas en el sistema electoral peruano», sugiriendo realizar una auditoría internacional a los resultados electorales.[256] Esta aseveración fue rechazada por la Oficina Nacional de Procesos Electorales peruana que aseguró que el conteo de votos se realizó con transparencia.[257]
Tras la divulgación del conteo rápido y de los primeros resultados oficiales, se sucedieron protestas por parte de simpatizantes tanto de Perú Libre como de Fuerza Popular.[258] En medio de las acusaciones de un supuesto fraude y el final del conteo de votos, tienen lugar marchas y protestas casi a diario, principalmente en la capital peruana (Lima).[259] Además de los simpatizantes de Fujimori, grupos opositores a Castillo (movilizados por «miedo al comunismo» o «aversión a la izquierda») se movilizaron exigiendo la anulación de las elecciones.[260] Entre los opositores se encontraban anticomunistas, ultraderechistas y grupos neonazis, como Acción Legionaria.[260] Asimismo, causó controversia la presencia de miembros de las rondas campesinas (simpatizantes de Castillo) portando machetes durante una movilización en la Plaza San Martín.[261] La demora en la proclamación de resultados y las acusaciones de un supuesto «fraude» y «robo» en los comicios han propiciado un clima de crispación y polarización poselectoral.[cita requerida]
Un análisis estadístico de la empresa Ipsos Perú sobre los resultados publicados por la Oficina Nacional de Procesos Electorales no encontró evidencia de una distribución atípica de votos, ni en determinadas zonas geográficas ni para un candidato en particular.[262] En una encuesta realizada por la compañía Datum Internacional, un 65% de encuestados (tanto votantes de Pedro Castillo como de Keiko Fujimori) creía que existían «indicios» de fraude en las elecciones.[263][264] No obstante, una encuesta del Instituto de Estudios Peruanos arrojó que un 66% de encuestados consideraba que Pedro Castillo había triunfado en el balotaje.[265]
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